SEGUIRLE EL RITMO AL CLIENTE
Aunque el ritmo sea frenético, a las empresas que operan en el sector de la alimentación no les queda más remedio que adaptarse a los nuevos consumidores, haciéndose más flexibles y reduciendo los tiempos de reacción. Como explicaba Rafael Sánchez, director de Ecommerce de Carrefour España, “la velocidad de cambio es brutal y el cliente va por delante de las empresas, de los gobiernos, de los políticos y de las leyes, porque la tecnología le está ayudando a evolucionar muy rápidamente”.
El porcentaje de personas que compran desde su ordenador, su tableta o su teléfono móvil es cada vez mayor. La tecnología viene a responder a uno de los problemas más habituales: la falta de tiempo. Por eso, eliminar las fricciones y hacer el proceso de compra se convierte en una pieza clave del puzzle.
ADAPTAR LA DISTRIBUCIÓN
Pese a que las barreras tradicionales del ecommerce ya están más que superadas, el sector de la alimentación sólo representa el 2% del comercio electrónico en nuestro país.
La digitalización está transformando cada una de las etapas de la cadena. En la parte de producción está teniendo gran impacto al permitir hacerla más sostenible, más eficiente. Ha revolucionado también la relación con el cliente y la comunicación, gracias a la digitalización del marketing y las oportunidades que este brinda para llegar más lejos y de manera más personalizada.
El comercio electrónico da la oportunidad de aumentar el número de referencias disponibles en un establecimiento pero este ha de ser capaz de responder a horas de compra poco habituales hasta el momento o, por ejemplo, nuevos picos de consumo. Sólo el año pasado, durante la campaña de Black Friday, Correos repartió un millón de paquetes diarios; algo para lo que hay que estar preparados.
En este sentido, son las pequeñas empresas las que más sienten el peso de estos cambios. Como explica Alfonso Sánchez, CEO de Planeta Huerto, “no es tan fácil entregar en 24 horas y hacerlo sin coste. Tienes que valorar bien cómo aguanta tu cuenta de resultados una operación complicadísima, y que ya tiene que ser gratis para el consumidor. No tiene nada que ver cómo amortizas tus inversiones en logística según el número de envíos que realizas”.
Para poder solventar esta ecuación debe tenerse en cuenta el tercer punto:
HACERSE AMIGOS DE LA TECNOLOGÍA
Pensando en esos desafíos del sector, todas las miradas se posan en las tecnologías más vistosas y mediáticas.
La realidad virtual viene a ampliar la experiencia para hacerla más placentera, intentando capturar la atención de los consumidores, que disfrutan y se recrean con el proceso de compra.
Así, se perciben los beneficios de la inteligencia artificial (IA) o de sistemas de RFID, aunque estos estén implementados en su mayoría en el continente americano y asiático. En atención al cliente, su desarrollo está permitiendo a las empresas centrar esfuerzos en el cara a cara cuando este es más necesario. Del mismo modo, se espera que la tecnología RFID en retail y logística llegue a implementarse en un alto porcentaje de empresas tanto en Europa como en España a lo largo de estos próximos años.