¿Cómo conseguirlo?
Situando una antena RFID en el techo a la entrada de los probadores, esta podrá identificar todas las etiquetas RFID de los productos que entran en la zona de probador, y detectando si el producto entra y sale de la zona o sólo entra y no sale dejándose depositado en la zona de “no compra”.
Esto lo que permite es controlar al retailer las entradas y salidas de producto, saber cuáles son los productos que más entran en probador y si estos se venden en la misma proporción. En el caso de que no sea así, la empresa podrá tomar medidas sobre dicho producto y conocer las razones por las que la conversión de “probar y comprar” no se da en ese caso concreto.
Por otro lado, esta tecnología también permite el control de robos. La mayoría de los robos externos se dan en los probadores de las tiendas, y esto, aunque no permite evitarlos, sí controlarlos y poder tener constancia de qué productos exactamente han sido robados.
En relación a la experiencia del cliente, se pueden indicar productos relacionados o de la misma colección al cliente en el mismo probador. Al saber que determinados productos están dentro de la zona, se pueden mostrar relacionados, similares o para combinar en pantallas inteligentes dentro de los mismos probadores.