Balancear el stock entre almacén y tienda. Un producto que no se expone en tienda difícilmente se pueda vender. Si los artículos se encuentran en la trastienda en lugar de en la zona de ventas al comienzo de la temporada o cuando aumenta la demanda, los compradores se van y los compran en otro lugar. A menudo, el resultado es que los artículos deben ser rebajados y volver a etiquetarlos más adelante. RFID ayuda a los minoristas a mejorar la ejecución de la tienda y, por lo tanto, a vender más artículos al precio total sin rebajar.
Aumento de ventas online asociadas a una tienda. Envíos más rápidos, económicos y ecológicos.
Minimizar las roturas de stock. El stock unificado entre online y offline permite trasladar el stock entre ambos mundos, teniendo una mayor precisión en el stock existente, predecir y ajustar las compras del surtido se convierte en una tarea mucho más sencilla.
Disminución de tiempos y errores humanos en reposiciones y reabastecimiento de mercancía. Con el ahorro de tiempos en la operativa de la tienda, el personal puede desempeñar otras actividades de mayor valor como cuidar la experiencia del cliente en tienda, recomendar producto o ayudar a buscar talla.
De este modo, si se implementa la tecnología RFID, las roturas de stock y los desabastecimientos se podrán reducir traduciéndose en un aumento en la facturación de la compañía, y al mismo tiempo, en reducciones de inversión en stock de hasta el 20%.