El jamón ibérico ya es un emblema de la historia, cultura y gastronomía de España. Durante siglos, el jamón español ha sido un patrimonio, así como un orgullo para todo el territorio. El excelente cerdo ibérico negro se transforma prodigiosamente en un alimento exquisito, deseado por todo el mundo. Se logra con paciencia, habilidad y respecto de los métodos tradicionales.
Se ha conseguido que sea un producto muy demandado por todo el mercado agroalimentario y diariamente se registra un número muy alto de pedidos que genera un movimiento notable dentro del sector logístico.
Todo el proceso de transporte puede suponer un gran esfuerzo para las empresas. Desde mataderos hasta salas de conservación deben someterse a los controles documentales y sanitarios. Y todas estas empresas que participan en operaciones logísticas de transporte necesitan información sobre trazabilidad.
Según la normativa europea, la trazabilidad es la posibilidad de encontrar y seguir el rastro, a través de todas las etapas de producción, transformación y distribución, de un alimento, un pienso, un animal destinado a la producción de alimentos o una sustancia destinados a ser incorporados en alimentos o piensos o con probabilidad de serlo. De este modo podemos considerar que la trazabilidad es una herramienta que nos permite identificar y reconstruir el origen y el historial de un producto alimentario, en este caso el jamón, reconociendo todas las fases por las que pasa: recolección, producción, elaboración, almacenamiento, distribución