Sólo en el año 2018,
los comercios perdieron 2.200 millones de euros en ventas, que
podría haberse evitado creando una experiencia de compra positiva.
Los
compradores esperan encontrarse con tecnologías avanzadas que mejoren su experiencia y según el
estudio realizado por Adyen de Retail 2019,
tener satisfecho al cliente supone un aumento en las ventas de 700.000 millones de euros.
Actualmente, el recorrido del cliente se caracteriza por numerosos
puntos de fricción que no sólo provocan el descontento de los compradores, sino que tiene además un
impacto negativo en la fidelidad hacia la marca y en las ventas. ¿Los motivos? La
discontinuidad entre los canales de venta que genera silos de procesos que bloquean la posibilidad de ofrecer una experiencia fluida y personalizada.
Para no quedarse atrás, las marcas más pioneras deben
simplificar el recorrido del cliente ofreciendo experiencias de compra centradas en él: una
estrategia de cohesión del recorrido del cliente
a través de los diferentes canales de compra desde la perspectiva única del cliente.
Es verdad que hay que
tener en cuenta las ventas digitales, el ecommerce, pero
no se debe descuidar la parte fundamental que es la experiencia de compra en tienda. Un
37% de los compradores afirman que
prefieren comprar en una tienda física, frente al 32% que prefiere los canales de compra digitales. De este modo, los comercios que desarrollan en paralelo su presencia física con el objetivo de complementar y
posibilitar una experiencia personalizada, tienen
más posibilidades de satisfacer a sus clientes y de incrementar sus ventas.
Un claro ejemplo de tecnología implementada en tienda física y la
unión entre el mundo digital y el físico es el que hizo la marca de
ropa C&A en Brasil en el que
instaló perchas contadoras de "likes" de las prendas usando como base de datos las redes sociales, en este caso, Facebook. Una
ingeniosa forma de destacar las tendencias que más han gustado a los internautas a nivel internacional sin tener que entrar en la web.