Así, por ejemplo, una tienda de ropa que tarde 2 horas en entregar el producto solicitado en lugar de 24 o 48 horas, tendrá una ventaja mucho mayor respecto a estas últimas. Pero, ¿cómo lograr esa diferencia y ganar tiempo a nivel logístico?
Muy sencillo; convirtiendo las tiendas físicas en pequeños almacenes que distribuyan la mercancía, haciendo que ésta llegue a su comprador en el menor tiempo posible. Esto no beneficia sólo al consumidor, ya que el retailer obtendrá, además de mayores beneficios, una cantidad ingente de información como cuáles son las prendas más solicitadas en algunas tiendas o en qué zonas se hacen más pedidos online.
Así, se debe tener en cuenta que los clientes a la hora de tomar decisiones siempre elegirán a una marca que ofrezca un mejor servicio o producto, dejando de lado aquellas que se quedan anticuadas o simplemente no tengan en consideración los deseos de su clientela.